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miércoles, 31 de octubre de 2012

OCTUBRE MOVIDITO EN EL CASTIELLO

En los primeros metros del Diedro de los Jardineros
Dos vías nuevas en dos viernes consecutivos. Poco a poco, esto va tomando forma... El día 28 de septiembre volví con Carol a la peña del Castiello, con la sana intención de abrir una vía nueva. Ya teníamos varias líneas ojeadas, de hecho, el Diedro de los Jardineros (30 m, IV+) fue la primera línea donde vi posibilidades hace ya más de un año, aunque había una capa de musgo muy espesa, tierra suelta, hojarasca y matorrales secos y pinchudos. Una tarde limpiando, y el descubrimiento de las otras líneas que fuimos abriendo (las vías en homenaje a Sergio Breñas y Dani Crespo), nos hicieron relegar este diedro prácticamente al olvido. Y eso que cada vez que pasábamos por allí, le decía a Carol que debíamos subir a abrirlo. Pero Carol era bastante reticente hacia esta apertura, ya que al verlo siempre lleno de musgo, hojas secas y demás, le parecía que tendríamos mucho trabajo de limpieza. Bueno, algo de razón no le faltaba, pues me pasé un buen rato quitando musgo del fondo del diedro, y llenándome la cara y los ojos de tierra suelta. De ahí el nombre de Diedro de los Jardineros... La vía es del mismo estilo que las otras que ya abrimos anteriormente en el Castiello: una dificultad bastante asequible (nosotros la graduamos de IV/IV+), alrededor de 30 metros, y quedó totalmente limpia, ya que se puede proteger a placer excepto los últimos 4 ó 5 metros (una placa un poco expuesta con roca algo delicada). El descenso se hace rapelando desde el mismo árbol de las otras vías (cordino de 9 mm + maillón), y tiene la particularidad de que la hicimos en dos largos, el primer largo es el diedro en sí, y el segundo es la placa, aunque se puede hacer en un solo largo. Para repetirla, será suficiente con un juego de fisureros y otro de friends hasta el 4 (camalot #3 o equivalente), y un manojo de cintas largas.
Carol llegando a la 1ª reunión del Diedro de los Jardineros
El viernes siguiente, 5 de octubre, volvimos al Castiello con la misma intención de abrir vías. Esta vez escalamos el Espolón (30 m, V), una escalada elegante, en el mismo estilo: ambas vías quedaron totalmente limpias. Como en las otras vías abiertas en el sector, la roca ofrece numerosos puntos donde protegerse a voluntad, y las fisuras son francas.
Colocando el tricam en la enésima repetición de la Sergio Breñas
Unos días más tarde, estuve con unos amigos enseñándoles la zona y sus posibilidades. Ese día, entre otras, hice la primera repetición del Diedro de los Jardineros en un solo largo.
Más adelante, Carol pasó una mañana de domingo abriendo una vía en solitario que dejó sin terminar; empezando por un diedro algo desplomado hasta una enorme sabina que le obligó a seguir varios metros en travesía a la derecha, donde tuvo que bajarse de un friend del 1 (al loro!), porque no encontraba donde poner otro seguro en la placa que le quedaba por arriba. El siguiente martes fuimos a terminar la vía, pero ninguno de los dos se atrevió a llegar hasta el friend, así que escalamos el Diedro de los Jardineros, Carol rapeló para recuperar el material de la vía inacabada, y yo me quedé arriba para desmontar su rápel y bajar por el descenso normal.
Ahora estoy intentando convencer a unos cuantos para ir varios días a trabajar: limpiar de hojas y matorrales secos, tierra y algunas piedras sueltas que quedan aún en las vías, equipar un par de descuelgues en puntos clave, y abrir unos senderos de aproximación hasta el pie de vía. En cualquier caso, tenemos bastante trabajo para adecentar la zona, antes de dar a conocer la escuela, publicar una información fiable y unos croquis de algo interesante, no sólo un puñado de vías en un risco cuasi-desconocido.

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