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domingo, 11 de marzo de 2012

CORREDOR ESTE IZQUIERDO AL PICO TORRES

Pico Torres a la derecha y pico Valverde a la izquierda
El sábado estuve con Carol en el puerto de S. Isidro, aprovechando el que posiblemente fuera el último día de actividad 'invernal' de la temporada. Después de levantarnos a las 4'30, llegamos al puerto poco antes de las 7 de la mañana, y en 10 minutos ya estábamos saliendo del aparcamiento.
En principio, yo tenía intención de hacer el corredor sur de La Capilla (la cumbre este del Valverde), y encadenar con uno de los corredores orientales del Torres, si las condiciones lo permitían; pero al ver la pared del Valverde desde el puerto, se me quitaron las ganas, prácticamente no queda nieve. Aun así, salimos hacia el Torres, ya que parece que los corredores tienen nieve suficiente. Empezamos la aproximación, y al rato ya le está dando el sol a la cara este del Torres, teníamos que haber madrugado más aún... En poco más de una hora, estábamos en la entrada del corredor. Desde aquí ya se ve todo el corredor, y puedo comprobar lo que iba viendo durante la aproximación: hay un corto tramo sin nieve donde se estrecha el corredor izquierdo, a ver qué pasa. Tenemos una persona por delante de nosotros, entrando ya en el corredor. Poco a poco le íbamos ganando terreno, y en breve lo alcanzaríamos.
Carol a la entrada del corredor
Llevábamos las cuerdas y el material en la mochila, y le dije a Carol que parásemos a prepararnos por si hacía falta la cuerda, para no tener que hacerlo en un lugar vertical e incómodo, pero seguimos subiendo, viendo que el solitario iba sin cuerda. A unos 50 metros de la zona sin nieve, veo que el solitario se había parado justo antes del estrechamiento. Me echo a la derecha del corredor y me paro en la rimaya, a ver qué hace. Un par de minutos después, veo sorprendido cómo empieza a bajar por el mismo corredor. Al llegar a nuestra altura nos saludamos, y nos dice que no se atreve a hacer el tramo mixto sin cuerda, aunque cree que será III+ como mucho. Le ofrecemos subir con nosotros, atado a nuestra cuerda, pero lo rechaza a pesar de llevar arnés, unos clavos, unas cintas y un par de anclas de nieve (¿para qué tanto material si va solo y sin cuerda?), dice que subirá por la pala de la Normal. Bueno, nosotros seguimos subiendo por el corredor. Al llegar al tramo mixto, paramos un momento para evaluar la posibilidad de subir sin cuerda. Hay un clavo en la roca de la izquierda y otro más arriba a la derecha, y se ve algún tapín bajo la nieve, aunque apenas son unos 8 ó 10 metros. Nos miramos, comentando la jugada. Ambos pensamos que podremos subir sin sacar las cuerdas...
Carol en mitad del tramo mixto
Así que empieza a subir Carol; se quita los guantes de gore, que quedan colgando de sus muñecas, igual que los piolets, y agarrándose a la roca empieza a arañarla con los crampones. Con algo de tensión va subiendo poco a poco, hasta llegar a una pequeña repisa de tierra endurecida. Es mi turno; también me quito los guantes, que meto dentro del forro porque no son de gore, y guardo los piolets en los portamateriales del arnés. Igual que Carol, voy subiendo rascando la roca con los crampones, con la misma tensión que ella. Al llegar a la repisa terrosa, Carol ya ha salido hacia arriba, y me paro un par de minutos a descansar. Cuando sigo subiendo, ya no veo a Carolina, y saco los piolets para este tramo que está más seco. De hecho, en algún paso hice tapín-tracción, y este trecho me cuesta más que el de abajo. Al llegar de nuevo a la nieve, subo unos metros y vuelvo a ver a Carol, ya casi en la salida del corredor. Le grito que me espere, y sigo subiendo.
En la repisa
Llego donde me espera Carol, al final de las dificultades, y ya sólo nos queda hacer una corta travesía por la cara norte y superar unos metros por la arista hasta la cima. La nieve en la travesía de la norte está helada, durísima, y pasamos con cuidado, porque si caemos ahí y no nos detenemos en 5 ó 6 metros, nos precipitaremos por la cara norte, casi sin posibilidades... Pero no pasa nada, y llegamos a la cima sin problema. Allí sopla una buena ventolera, y estamos lo justo para hacer un par de fotos, reconocer las montañas de alrededor, y dejar una nota en el buzón de cumbre. Con las mismas, nos bajamos sin perder más tiempo. Vamos perdiendo altura rápidamente para llegar a cubierto del viento, y bajar por la pala de la Normal. Por cierto, yo no volví a ver al solitario. Carol me dijo que se lo encontró cuando me estaba esperando a la salida del corredor, él ya bajaba por la Normal. Así que fuimos siguiendo sus huellas por la nieve blanda. Le estaba dando el sol desde hacía 3 ó 4 horas, y ya estaba algo pastosa, y en varias ocasiones hundí la pierna hasta la rodilla. Finalmente, llegamos al puerto sobre las 12 de la mañana, cansados, bastante acalorados, pero contentos. Yo le tenía muchas ganas al Torres desde hace 7 años, y después de un año y medio viviendo en Asturias ya era hora de acercarnos por aquí...
Carolina en los últimos metros por la arista